27Nov
Esta es la triste vida que llegó a tener la miserable vida de las orcas indeseables a mediados del siglo pasado. Lo cínico y miserable que puede llegar a ser la especie humana.
A mediados del siglo XX, la populación de arenques en el Atlántico noreste en costas de Islandia y Noruega habían disminuído considerablemente, principalmente por culpa de la sobre pesca en su litoral. En Islandia, este declive condujo a la pesca casi a la ruina de la industria pesquera.
En aquella época, hubo un conflicto creciente entre pescadores y la populación de las Orcas indeseables que se abastecían de arenques y dañaban las redes de los pescadores. Los pescadores pensaban que la especie representaba una amenaza extrema para su industria. que era el principal motor económico y prosperidad de Islandia.
A principios de 1954, el gobierno islandés pidió ayuda a los Estados Unidos para combatir esa crisis.
Como aliados de la OTAN, los EE-UU mantenian una base aérea en Keflavik. Las fuerzas armadas aéreas respondieron a la demanda de Islandia utilizando ametralladoras, cohetes y cargas submarinas como metodo de caza contra las Orcas.
Unos meses más tarde, el Time Magazine informaban que la marina norte americana atacó un grupo de “canibales de los mares” en el litoral islandés. Más de 100 Orcas murieron en el ataque.
En diciembre de 1956, un boletín informativo publicado por la marina daba cuenta del “esfuerzo contínuo”. Según el artículo, deshacerse de las “criaturas marinas asesinas” en aguas islandesas hubiese permitido al gobierno islandés respetar sus compromisos en materia de comercio exterior.
Hoy en día, el almacenamiento de arenques está supervisado con cuidado por el gobierno islandés y tiene poca competencia entre la populación de Orcas abasteciéndose de arenques y el sector pesquero.
Durante esa misma década, los pescadores de salmon en la Colombia Británica metieron presión a su gobierno para montar cañones de artillería pesada sobre los fiordos internos que ocupaban las Orcas. En ausencia de una intervención militar directa y con el acuerdo tácito de sus gobiernos, los pescadores de ambos lados de la frontera canadiense disparaban regularmente sobre las Orcas desde embarcaciones y costas.
Fuente original de la publicación earthwatch.
Ilustración Iceland 1956 por ©LionheartBucket
Para leer el texto original de la ONG “C’est assez” aquí.
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